El vapor de agua es ideal para la limpieza de la piel, destapa los poros obstruidos por el sebo, libera toxinas, mediante el sudor, activa la circulación sanguínea. Por su parte el ozono tiene propiedades bactericidas, antisépticas y térmicas que actúan sobre el manto hidrolipídico. Favorece una mejor oxigenación de la piel y proporciona una excelente limpieza cutánea.